Aun antes de que la guerra estallara en 1939, los nazis crearon campos de concentración para encarcelar judíos, romas, otras victimas de su odio étnico y racial, y oponentes políticos del nazismo. Durante la guerra, los nazis y sus colaboradores crearon ghettos, campos de detención temporaria, y campos de trabajos forzados. Después de la invasión nazi de la Unión Soviética en junio de 1941, Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) cometieron asesinatos masivos de los judíos, romas y oficiales del estado soviético y del partido comunista ruso. Más de un millón de hombres, mujeres y niños judíos fueron asesinados por estos equipos. Entre 1942 y 1944, los nazis deportaron millones de judíos de los territorios ocupados a los campos de exterminio, donde fueron ejecutados en instalaciones diseñadas especialmente para tales fines. En los últimos meses de la guerra, los prisioneros de los campos fueron llevados por tropas de las SS en marchas forzadas, o “marchas de la muerte”, en las que muchos de ellos murieron, en un fútil intento de prevenir la liberación de gran cantidad de prisioneros por los Aliados. A medida que las fuerzas aliadas avanzaban a través de Europa en una serie de ofensivas contra Alemania, empezaron a encontrar y liberar prisioneros de campos de concentración, muchos de los cuales habían sobrevivido las marchas de la muerte. La Segunda Guerra Mundial terminó en Europa con la rendición incondicional de las fuerzas armadas alemanas en el oeste el 7 de mayo, y en el este el 9 de mayo de 1945. Fotos: Vídeos: |
viernes, 27 de marzo de 2009
El Holocausto judío
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